24 jun 2007

"ME CASO CON LA UNICA NOVIA QUE TUVE"

Como si su historia estaría narrada por la mágica pluma de un escritor de novelas románticas, la vida sentimental de Fernando Cavenaghi bien podría formar parte de una antología de cuentos unidos bajo la temática común del amor para siempre y por sobre todas las cosas. ¿El motivo de esta introducción? El casamiento del futbolista con Soledad Ganior, su novia de toda la vida quien, al igual que él, es oriunda de General O'Brien, una localidad de 2.500 habitantes ubicada en el noroeste bonaerense, a pocos kilómetros de Chacabuco. El día indicado fue el pasado viernes 8, fecha en que los novios pasaron por la Parroquia Santiago Apóstol, en Nuñez, para sellar un amor que nació 10 años atrás y que los encontró unidos tanto en las calles de O'Brien como en las de Francia, en donde Cavenaghi juega actualmente en el Girondins de Burdeos. El gordo, tan como apodan al joven, llegó a la iglesia pasadas las 20, y fue él mismo quien recibió, con una sonrisa que no se le desdibujaba de la cara, a cada uno de los invitados que fueron acercándose. El ex delantero de River estaba enfundado en un impecable traje azul, acompañado por una camisa celeste y un pañuelo, atado con un broche de plata, sobresalía en su cuello. La mayor emoción de Fernando se produjo cuando vió descender, en la puerta de la parroquia, de dos micros a las casi 100 personas que habían viajado exclusivamente desde su pueblo para estar presente en la ceremonia. Y fue en ese mismo atrio donde hasta se permitió firmar algunos autógrafos a un grupo de hinchas millonarios. Además, entre las caras conocidas se pudo ver a sus ex compañeros en River, Martín Demichelis (actualmente en el Bayern Munich), y Germán "Poroto" Lux (quien llegó tomado del brazo de su novia, la modelo Natalia Forchino), su representante, Néstor Omar Sívori, y el ex arquero del club de Nuñez, Alejandro Saccone. A las 20.30 en punto llegó la novia, a bordo de un imponente BMW gris que, en contra de todos los pronósticos, no tenía ni un sólo moño blanco. "Esta hermosa mi novia, ¿no?", expresó el futbolista no bien vio bajar a Sole del auto, quien lucía un impecable vestido blanco de Benito Fernández. Una vez tomados de la mano, se abrieron las puertas de la iglesia y comenzaron a caminar lentamente por la alfombra roja. "¡Qué largo es esto!", lanzó un Cavenaghi desbordado por la situación. En el altar los esperaban el padre Dante, amigo personal del jugador y los padrinos: Edgardo Cavenaghi y Norma Grancellia (abuelos del novio) y Haydeé Fessi (mamá de la novia). En una bendición super cálida, el párroco se permitió darle unos consejitos a Fernando: "Mirá, Fer, te voy a decir tres cosas. Primero: en este partido no hay cambios. Segundo: el director técnico es Dios. Y tercero: portate bien porque si no, Sole te saca la roja", expresó el padre Dante. Y agregó: "Les deseo que puedan creer juntos, rodeados del amor de sus hijos. Eso se lo pedimos hoy a Dios, para que puedan respetarse y amarse durante toda su vida". Ya hacia el final de la ceremonia, el ex jugador del Spartak Moscú, de Rusia, tomó la palabra y, dirigiéndose a su gente, dijo: "Gracias a todos por estar acá, es un momento muy importante para nosotros dos; algo que veniamos soñando desde hace mucho tiempo, así que queremos agradecerles que nos estén acompañando. Gracias a todos". Y los presentes estallaron en aplausos. La feliz parejita había dado el sí oficialmente el miércoles pasado en el Registro Civil del pueblo pero decidió festejarlo a lo grande en la Capital Federal. Por este motivo, luego de la ceremonia religiosa, Fernando y Soledad se dirigieron rumbo al Sheraton de Retiro dispuestos a tirar la casa por la ventana y disfrutar de la noche soñada junto con los 250 invitados a la fiesta.

El salón Libertador del lujoso hotel estaba decorado íntegramente de colorado y la comida estuvo a cargo del servicio de catering Alfredo Schuster. Se sirvió una entrada de buffet froid, el plato principal fueron lomitos con distintas salsas, hubo mesa dulce y la torta del casamiento era toda de chocolate, por pedido exclusivo de la novia. Si bien fue una fiesta familiar, esto no implicó que, además de sus ex compañeros en River, también se hicieron presentes Ariel "Chino" Garcé, Daniel Montenegro y Lucila Ramenzoni, hija del reconocido periodista de TyC Sports Eduardo Ramenzoni, e íntima amiga del novio. Una vez que comenzó a sonar la música, Sole y Fer fueron los primeros en estrenar la pista de baile, secundados por un grupo de amigos del interior, que viajaron tres horas y media desde O'Brien hasta Buenos Aires para estar presentes en el casamiento del Gordo, tal como llaman a la estrella del Burdeos en su pueblo natal. Y más de uno se sorprendió cuando, ya avanzada la noche, irrumpieron en el escenario Los Auténticos Decadentes para ofrecer su desenfado en un show a toda furia. Sin embargo, lo más divertido de la fiesta, que se extendió hasta las 8 de la mañana, fue el show de La Nueva Luna, la banda de cumbia que incluso invitó a los novios a cantar con ellos. En un alto de la noche, Cavenaghi destinó un ratito de su tiempo para charlar con Pronto. -¿Cómo estás viviendo este día tan especial? -Muy lindo, es muy importante para mi vida, un cambio muy bueno. -Estás jugando al fútbol en Francia, ¿cómo decidiste venir a casarte a la Argentina? -Porque acá están nustras raíces. Hicimos el Civil el miércoles en nuestro pueblo y ahora tenemos la fiesta acá en Buenos Aires, así que todo muy lindo. Sobre todo porque vino muchísima gente de allá, la gran mayoría. Yo me crié en el pueblo, como en Chacabuco también, y mucha gente vino de ahí. -¿Llegaron de sorpresa o vos esperabas que viniera la gente de O'Brien? -Sí, sí. Sabía porque cuando organizamos la fiesta más o menos teníamos la idea, pero es muy lindo que puedan estar acá. -¿Cuánto tiempo hace que estás preparando la fiesta? -Nos ha ayudado mucho Silvia Marante, que es la encargada de todo el evento, pero nosotros también pusimos nuestra parte. Llegamos hace 15 o 20 días de Europa, entonces mucho no podíamos organizar solos. -¿Cuánto hace que estás de novio con Soledad? -Y, como 10 años en total. Me casé con la única novia que tuve en mi vida. -¿Qué significa para vos casarte con la chica que conocés de toda la vida? -Es hermoso, está buenísmo porque es lo que uno siempre planea, casarse con la chica con la que estuvo siempre, así que bárbaro. -¿Ya saben a dónde se van a ir de luna de miel? -Seguramente nos vayamos a Australia; vamos a dar una vuelta por la Polinesia, ja ja.